Del Internet a las calles: #YoSoy132, una opción alternativa de hacer política
Manifiesto
Por GUIOMAR ROVIRA SANCHO
Acontecimiento #YoSoy132, apertura y conexión
Somos la vida.
Caen hechas pedazos las dicotomías como lo público y lo privado,
feminismo, ecologismo, cultura libre, colaborar, compartir, remezclar, inventar,
irreverencia, autoría atenuada, remix y reloaded.
La técnica maldita puede ser nuestra, apropiada, flexible.
La técnica es lúdica, es segunda técnica, es modernidad alternativa.
Es cultura hacker, es hackear la cultura, hackear la política, hackear la autoridad.
Las redes que coloniza el capitalismo global
son ahora a su pesar política distribuida,
la risa y el meme, lo irreverente, tejido flexible, replicante.
Remezclamos, somos afectos y nos afectamos.
Espacio público sin aura, inmediato, accesible,
al alcance táctil del mouse.
Trituración de la autoridad del político, del locutor, del opinador profesional.
Sale a escena la política de cualquiera,
en primera persona, interrumpe e irrumpe,
se viraliza, es la vida cotidiana y más allá
no es un espacio privilegiado, no es un medio alternativo,
son los instrumentos del diario,
esos que sirven para echar novio o echar selfies,
de repente son potencia política,
es lo de aquí y lo de allá que se convierte en indignación viral,
semillas, polinización, contagio que difumina las fronteras entre lo mío y lo tuyo,
lo de aquí y lo extranjero, lo público y lo privado, lo online y lo in situ.
Aquí no queremos ver al Estado. Menos sus bordes armados.
Yo me siento online en este sitio. Yo soy in situ translocal.
Soy el alma risueña conectada agitando cascabeles.
Soy un afecto contagioso de risa que se extiende.
Soy el entusiasmo por la revolución,
por la revuelta, por la traducción equívoca.
No hay reverencia, quien se tome en serio pierde.
Aquí todo se suma, el tercero excluido, la contradicción hace la vista gorda
y engordamos juntas la global revolution.
Hashtag
Un hashtag, un asentamiento virtual, crece una nube luminosa alrededor del signo,
como alrededor de la ceiba crece un pueblo en la Selva Lacandona.
Cabemos todos en un hashtag porque no es una sala ni un auditorio
no es una asamblea ni una plaza
es un lugar donde no hay límite de aforo y la ventana está abierta.
Somos trazo, hipervínculo, profundidad, ni tú ni yo
conexión yosiendohaciati.
Internet: los estados y las corporaciones
son los dueños de la infraestructura material:
“Sus cimientos son líneas de cable de fibra óptica
que se extienden a través de los suelos oceánicos,
satélites que giran sobre nuestras cabezas,
servidores alojados en edificios de ciudades…
”Flujos bancarios que sostienen el capital.
Pero la idea, ¿de quién es la idea?
El sueño de una realidad interconectada
estaba ahí antes que sus cables y sus antenas y sus drones y sus guerras.
El primero en hablar de “ciberespacio”, William Gibson, tecleó el Neuromancer en una máquina de escribir.
Las potencias son imaginadas antes de llegar a darse.
Hay que hacer brotar el sueño
recuperarlo, vestirlo, ensayarlo, cuidarlo.
Lo que hemos perdido no ha sido el sueño,
sino su realización.
La tecnología es capitalismo,
Han comprado el código,
pero ahí está el movimiento por el software libre.
Han colocado sus espías,
pero ahí está Snowden.
Han ocultado su negocio ensangrentado,
pero ahí está Chelsea Manning y Wikileaks.
Han cooptado las redes,
pero ahí está Anonymous, ahí estamos nosotros.
Porque lo que no es “apropiable” es el uso de las cosas.
La vida misma. El amor.
Nunca lo tendrán todo.
El sueño, el deseo, la imaginación.
El sistema metafórico es nuestro…
La maquinaria sin alma de la valorización del valor
opera sobre lo inapropiable, un resto que se le escapa: estar vivos unos con otros.
Resolver la comida, el cuidado, el afecto.
Reproducción, nacimiento, enfermedad, muerte.
La natalidad, garantía del perpetuo cuestionar el orden,
la libertad es el llamado constante a crear el mundo común.
Cada generación exige su derecho a decidir cómo queremos vivir juntos.
“Cada generación sueña la siguiente”.
YoSoy132 era esperado en México,
en cada rincón de esta tragedia.
Ustedes eran esperadas. Ustedes son mi sueño.
“Los hombres navegan en un mar sin límites y sin fondo…”
No es cierto, la actividad política, no acontece en un vacío
en capas sedimentadas de pasados vivos y de presentes anhelantes.
Lo político es apertura,
recuperación de la capacidad de fundar,
lo político se actualiza bajo una forma concreta.
Unos cuerpos, una tierra, un aire compartido donde tejer,
como artesanas, con las manos, como las abuelas más viejas.
Se crea espacio para una libertad inicial, recién inaugurada.
Hoy menos que nunca las aperturas son clausuras o programas.
Nunca los medios han sido tanto los fines.
Ya nada justifica nada. Todo ha de ser aquí y ahora.
Somos cuerpos, somos vida amenazada por la urgencia.
Quisiera detener este momento.
Hacerlo estallar por dentro.
Detonarlo en luces de colores.
Si no ardemos juntos, quién iluminará esta oscuridad.
Poner el cuerpo en la plaza, arder juntos,
ser brasa, ser estopa, ser aire que sopla.
En el 132, todos “se hicieron poetas”.
La gente no coreaba las mismas consignas, “las iba inventando paso a paso”. Hacerse poetas.
Bajarle los humos al lenguaje y al sistema.
Acabar con sus límites y su muerte,
estallarlo como clavel y como rosa,
construir nuevos sentidos, alcanzar lo inefable.
Las palabras son gestos son videos son carteles son gráfica son canciones son hashtags.
Calles de la ciudad de México bañadas por la lluvia temprana.
Jóvenes caminando el asfalto y abriéndolo a cada paso.
No es que debajo de los adoquines esté la playa,
es que no nos podemos detener, es tanta la vida que nos empuja.
Apurar el momento de ser juntos, aquí y ahora cantamos,
Camina Reforma, patea el asfalto, conviértelo en playa.
Pisa, abre el Zócalo, ventila las axilas de los parques.
Venimos a enmarañarnos los cabellos con los sueños,
a construir la tela de múltiples hilos.
“Llenamos la plaza de música, de libros, de poesía, de performance. Hacemos que florezca el concreto. Al amanecer
cantamos de nuevo.”
132 singular-plural, vuelto infinito
política de cualquiera
nombre impropio, sin color ni sabor:
ni etnia, ni clase, ni Dios, ni amo,
ser un número no denota cualidad
ser un número es simplemente “contar”.
Contar de cuenta
y contar de cuento.
“Acto de ciudadanía”,
política prefigurativa.
Como si estar en la cuenta
implicara “tener derechos” en un país con 90% de impunidad.
Abrir el momento
¿Por dónde empezar?
¿Por las montañas de muertos de la guerra contra el narcotráfico?
¿Cifra de desaparecidos? ¿Cuál fue la gota que derrama el vaso?
Abrirnos al dolor, percibir lo que pasa, darnos cuenta
(contarnos unos a otros, ver los que faltan, el cuento y la cuenta de los incontados).
En el 132, “todos se hicieron poetas”.
¿De qué otra manera se puede sino abrazar el dolor de tanto México?